Utilizamos el agua con fines muy diversos: para beber y bañarnos, para generar electricidad o para llever a cabo procesos industriales. Pero la ganadería y agricultura son, con diferencia, las actividades que emplean más agua: al rededor del 70% del consumo mundial.
La agricultura plantea además, un doble problema: no sólo requiere cantidads ingentes de agua destinada al riego, sino que sus pesticidas, fertilizantes y desechos inundan los ríos, los lagos y las aguas litorales de multitud de sustancias tóxicas y nutrientes en exceso.
Fuente: Revista National Geografic 2008, pág. 48.
UNESCO
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